La nochevieja es la noche más fiestera del año. El 31 de diciembre, en la mayoría de los países, las casas, los restaurantes, las calles… se llenan de gente divertida y vestida de gala dispuesta a recibir un nuevo año llenos de alegría.
¿Cuál es el origen de la Nochevieja?
Es una fiesta que nos encanta porque es alegre y también muy romántica. Por eso, empezamos a preguntarnos cuál sería el origen de esta celebración y, tras indagar, leer, investigar… sacamos algunas conclusiones que compartimos contigo.
Parece ser que el origen está nada menos que en Mesopotamia alrededor del año 2000 a.C. en una fiesta que tenía lugar entre marzo y abril para celebrar el comienzo de las cosechas, y que también hacía referencia al amor y a la fecundidad. Había fiestas, banquetes, procesiones y, por supuesto mucha bebida.
La fiesta denominada Akitu, se centraba en los dioses Innana, símbolo del amor y la fecundidad, y su esposo Dumuzi, el pastor, a quien ella envió al infierno pero que regresaba una vez al año para estar con su mujer y que la fertilidad volviera a la tierra. ¿No es una historia preciosa?
En el antiguo Egipto se festejaba la crecida del Nilo a finales de julio, como comienzo de un nuevo año que era anunciado por la estrella Sothis que aparecía antes que el sol. La gente recorría el río en barcas adornadas con flores y se bailaba y cantaba.
Un “poquito” más tarde, en el año 46 a.C., el emperador Julio Cesar encargó a matemáticos y astrónomos la elaboración de un nuevo calendario que se acompasara con el año astronómico, fue el calendario juliano. El primer mes del año se llamó Jano, como el dios de los comienzos y los finales que tenía dos caras, con una miraba al pasado y con la otra el futuro. En Roma celebraban el cambio de año agradeciendo los logros pasados y ofreciendo sacrificios a los dioses por el porvenir. Se decoraban las casas con ramas de laurel y se festejaba con manjares.
El papa Gregorio XIII reformó el calendario juliano en 1582, dando paso al calendario gregoriano por el que nos seguimos rigiendo. Estableció el 1 de enero como el primero del año.
En el siglo XIX, en Francia la sociedad burguesa empezó a celebrar el fin de año con cenas y fiestas, similares a las de Carnaval, en restaurantes y hoteles selectos en las que se brindaba con champán para atraer la buena suerte. Esta costumbre se extendió pronto a todas las clases sociales y ha llegado hasta nuestros días.
Tradiciones y costumbres de la la última noche del año
Son muchas las tradiciones que marcan la última noche del año. En España, todos despedimos el año comiendo las doce uvas, una por cada mes, al ritmo de las doce campanadas del reloj de la Puerta del Sol, brindando y, por supuesto, comiendo turrón. La tradición de las doce uvas también se ha extendido a algunos países de Latinoamérica. En Italia y Chile la tradición manda comer lentejas para atraer la abundancia.
Otra de las tradiciones más extendidas es llevar ropa interior de color rojo para atraer el éxito, la suerte, el amor y la fortuna. Su origen está en la creencia china de que el color rojo atrae la buena suerte.
Dar una vuelta con maletas asegura un año lleno de viajes y poner dinero dentro de los zapatos trae prosperidad económica, también lo hace poner un anillo dentro de la copa de cava o champán cuando brindamos.
En cuanto al brindis, es una costumbre que se remonta a la antigua Roma. Entonces eran habituales los asesinatos con veneno, por eso para mostrar confianza a los amigos se chocaban las copas, demostrando así que no estaban envenenadas. El cristianismo utilizó el brindis como símbolo de buena suerte ya que el ruido de las copas al chocar alejaba al diablo.
Pero fue en Francia donde la costumbre de brindar con champán se extendió y se hizo famosa para celebrar los grandes acontecimientos y de ahí pasó a todo el mundo.
Como verás, muchos de los “ritos” que realizamos para despedir el año y recibir el nuevo son casi los mismos que se realizaban desde hace miles de años.
Nosotros tenemos nuestros propios ritos que te podemos contar si vienes a pasar la Nochevieja al Rincón de Monasterio. ¿Qué mejor manera de despedir el año y recibir el nuevo que hacerlo con tu pareja en una casa preparada para disfrutar del amor?
Haz tu reserva, te esperamos con el cava bien frío.
