Con las primeras lluvias del otoño caídas hace unos días por fin han aparecido las primeras setas. En los alrededores de El Rincón de Monasterio se pueden encontrar níscalos (en los pinares de la zona), senderuelas, setas de cardo y con suerte los riquísimos y ansiados boletus.
Para “ir a buscar setas” hay que seguir unas normas para no esquilmar el territorio, asegurar que vuelvan a crecer y cuidar el medio ambiente: no recojas más setas de las que vayas a consumir, a todos nos gustan y, por supuesto, no recojas las setas que no conoces, aunque te parezca que tienen buen aspecto -hay un montón de setas venenosas que pueden causar problemas de salud e incluso la muerte-. Hay que ir por las sendas marcadas y mejor en compañía, no utilizar el coche fuera de las carreteras o caminos, recoger toda la basura y depositarla en los lugares indicados o llévala a casa.
¿Qué debo llevar para recoger setas?
- Una cesta de mimbre o de castaño para recoger las setas y que estén bien aireadas y esparzan sus esporas, así nos aseguramos de que vuelvan a salir.
- Navaja setera, con hoja curvada y aconsejable que lleve un cepillito incorporado.
- Guía de setas física o virtual.
- Mucha ilusión para no desanimarte, a veces es difícil encontrarlas
En la mayoría de los lugares, la recogida de setas está regulada por los Ayuntamientos así que debes informarte. En el caso de nuestro entorno, nosotros te informaremos de los enclaves y permisos que necesitas.
Otros frutos de otoño en El Rincón de Monasterio
En toda la zona se pueden encontrar castañas y bellotas, pero ten cuidado si son silvestres porque pueden estar amagas. También hay frutales como manzanos y membrillos y escaramujo, que crece silvestre en el borde de los caminos y colorea en otoño el paisaje.
El escaramujo es una baya de color rojo que crece del arbusto de rosal silvestre, una variedad de rosa mosqueta. Se le conoce también como gavanzo, tapaculo y atascaculos, por su poder astringente. Este fruto tiene un alto contenido en vitamina C, más incluso que la naranja o el Kiwi, y vitaminas B2 y B1, A y E, en menor medida, antioxidantes. Se puede consumir crudo en puré, mermelada, zumo y salsas y seco en infusión.
Reserva tu casita romántica y tómate un un tiempo de relax en el campo, disfrutando de los frutos que la naturaleza pone a nuestro alcance en esta época. ¿Hay algo más romántico?
