El romanticismo es el movimiento cultural que surgió en Alemania y Reino Unido a finales del s. XVIII y que se fue extendiendo al resto de Europa. Surge como contraposición al racionalismo que había caracterizado a la sociedad europea hasta el momento, con una reivindicación de los sentimientos.
Para los románticos lo importante son las emociones, la pasión, la imaginación, la expresión creativa original frente a la normativa de la época clásica. Buscan la libertad por encima de todo, por eso en esta época también se dan muchos revolucionarios; son exaltados y para ellos el yo es lo que importa.
Vuelven la vista a la naturaleza, los espacios agrestes y las sensaciones que nos despiertan. Fue un movimiento apasionado, frente a la rigidez anterior, en el que el amor y erotismo formaban una parte muy importante.
En la literatura, la música y el arte romántico se expresan estas ideas con pinturas de paisajes agrestes, del mar embravecido, de bosques frondosos; novelas de amores imposibles con finales trágicos y una música que induce a la meditación y a la contemplación.
Origen del término
En cuanto al origen del término parece que en torno al s. XII la palabra designaba el sentimiento que inducían los paisajes, y los castillos en ruinas y que fue J. J. Rousseau, en su Julie ou la Nouvelle Héloïse en 1761 el primero que usó el término romántico para designar sentimiento y no un lugar.
Reivindicamos el romanticismo
En el Rincón de Monasterio reivindicamos el romanticismo, somos románticos empedernidos y queremos que todo el mundo lo sea o, por lo menos que lo experimente durante unos días.
¿Hay algo más romántico que un fin de semana en pareja, solos en una casita preparada para no pensar en nada más que disfrutar? Alejados de la rutina y del estrés, sin ruido, rodeados de naturaleza, de los sonidos de los pájaros, el olor de los árboles y las plantas. Añade una cena romántica, preparada especialmente para vosotros, un masaje relajante, jacuzzi, sauna, diván tranta y ya te resultará irresistible.
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